La discapacidad auditiva y la alarmante realidad.

¿te has preguntado qué haría una persona sorda en un procedimiento jurídico cuando no existen señas para explicar términos propios de la materia jurídica?

Valeria Ávila.

10/24/2023

Piensa un instante, en silencio, cuán maravilloso es el mundo del sentimiento, pero si yo no puedo esos sonidos, yo amo, digo y siento, comprendan mi mundo y hallarán una parte de su cielo

De acuerdo con el último censo realizado por el INEGI, en México se tenía un registro de 2.3 millones de personas con discapacidad auditiva hasta el año 2020, y un número aproximado de 40 intérpretes certificados en Lengua de Señas Mexicana en toda la República Mexicana, un número alarmante, en donde se piensa que todas estas personas que tienen una discapacidad auditiva conocen y dominan la Lengua de Señas Mexicana.

Si nos convencemos de lo anterior, estaríamos hablando de una utopía, porque la realidad dista mucho de ello, ya que no todas las personas saben LSM, por lo que se comunican con sus familiares con lenguas caseras, aquellas señas creadas desde sus hogares para hacerse entender y comunicar lo que piensan y quieren. Si con lo anterior no fue suficiente impactante para movilizarte, hoy te comparto que la realidad es muy distinta a los números proporcionados en el 2020, porque si el número de personas con discapacidad auditiva era arrasador en ese entonces, hoy lo es más.

Actualmente, el número ha aumentado muy drásticamente debido a la pandemia de SARS-CoV-2, que no solo nos reveló la dificultad y la gran brecha de comunicación que existe, sino que, de acuerdo a lo presentado por la Secretaría de Salud, de 967 pacientes valorados en el Instituto Nacional de Rehabilitación, 37 presentaron daño auditivo en relación con el COVID-19, pero si esto no fuera suficiente,

¿te has preguntado qué haría una persona sorda en un procedimiento jurídico cuando no existen señas para explicar términos propios de la materia jurídica?

¿acaso nuestros tribunales son aptos para atender un caso de este tipo?,

¿realmente se les está dando un real acceso a la justicia?,

¿tenemos abogados preparados en LSM capaces de brindar una asesoría que permita este alcance a la “justicia”?,

y por último,

¿no existen señas en torno al ámbito jurídico, porque no tienen apertura a ello?

-Lic. Jaime Ariel Martínez Ponce.

Presidente de la Asociación de Sordos del Estado de Oaxaca A.C.

Clausura LSM 29.07.2022

Estas mismas preguntas me plantee al proponer y realizar con mi equipo el proyecto titulado “Lengua de Señas Mexicanas, para abogados y no abogados” impulsado por la Fundación 100xOaxaca, en donde 5 jóvenes estudiantes de la licenciatura en derecho de diversas universidades de la República nos propusimos el objetivo de llegar a una parte de la población, para concientizar la realidad de las personas sordas y visibilizar cómo hay áreas en las que no se ha considerado esta brecha de comunicación como un impedimento para el ejercicio de un derecho, pues bien, hay personas que saben LSM, pero para aquellas que se comunican por medio de señas caseras podrían llegar a ser una limitante dentro de un procedimiento jurídico para que sus derechos sean realmente protegidos, pues son los familiares del afectado o afectada quienes podrían ‘deducir’ lo que este estaría intentando comunicar, sin embargo, se corre el riesgo de que la interpretación no sea 100% fiel a la realidad del afectado, esto sin tomar en cuenta sí la personas sabe escribir o no.

Hasta la fecha, son preguntas a las que aún trato de buscar solución mediante el planteamiento de un verdadero acceso a la justicia, en donde considero que nuestras instituciones educativas, además de prepararnos con diversas lenguas extranjeras, nos deberían de preparar con lenguas originarias de México, incluida la Lengua de Señas Mexicana, porque es una realidad que para cualquier actividad a la que nos dediquemos, existe la posibilidad que una persona sorda necesite de nosotros, o que nosotros necesitemos algo de esta persona, y no logremos comunicarnos de una manera eficaz y eficiente.


Porque al aprender su lengua, entendemos que no es lenguaje, es LENGUA, porque lenguaje es la capacidad que tenemos los humanos para comunicarnos, mientras que lengua es lo que permite a las personas comprender y hacerse comprender; no son personas sordomudas, son personas con discapacidad auditiva o personas sordas, porque pueden emitir sonidos como la risa, es que no puedan oírnos no elimina que podamos escucharlos y una discapacidad no se padece, se vive.

La verdadera inclusión empieza cuando eres parte del cambio.

Valeria Ávila.

Directora del proyecto LSM para abogados y no abogados.